Un entorno de trabajo limpio y saludable es capaz de ayudarnos a concentrarnos mejor, aumenta la creatividad, elimina distracciones, impulsa el rendimiento y, en último término, nos hace más productivos.

Mejora la salud, reduce las enfermedades y bajas laborales: un entorno de trabajo limpio, seguro y desinfectado reduce la propagación de gérmenes y virus. Esto reduce la incidencia de enfermedades y bajas laborales. 

Mejora la imagen: La salud debe ser una prioridad en cualquier empresa, al igual que la imagen de esta hacia el exterior. Cuando un cliente visita la empresa, esta debe verse limpia y ordenada para dar una mejor impresión. Las malas condiciones de higiene pueden provocar alergias y estornudos en los visitantes, quienes se irán con una terrible imagen de tu empresa, demostrando muy poco interés en las relaciones comerciales, irresponsable y poco profesional.